Por: Morphart
Querido Julio:
No recuerdo la última vez que le dirigí una carta a alguien al que en realidad no conociera lo suficiente y es que con vos sin embargo, la sensación es ambigua y por eso me decidí.
Hace unos días escribí mi crónica de llegada a #Chile y fue precisamente para tu matrimonio con una vieja amiga. No dejó de sorprenderme tu estado de salud y la fuerza que mostrabas para estar ahí en el altar, tomando de la mano a Susana, sonriendo y elegantemente vestido.
Yo llevo poco equipaje en mi maleta pues mi recorrido será largo y aún así llevaba guardado un pantalón, una camisa y corbata, reservados especialmente para la ocasión. Cuando le conté a Susi que iniciaría mi viaje por el mundo, alegre me dijo que su deseo y regalo de matrimonio era, de ser posible que te fuera a conocer y compartiera con ustedes tan magno evento. Y así fue, como muy de madrugada y con frío llegué a Santiago con toda la intensión de sacar mi pantalón y camisa -algo arrugados por el trajín del viaje- y salir rumbo a #Viña del mar. Tú, sin embargo amigo, espero no te moleste te llame así, tenías otros planes. Sobre la cama, había tres trajes, saco, pantalón, corbata para cada uno. No sé cómo supiste mis tallas, porque estoy seguro que nunca te las di. Me gustó aquella camisa blanca, gruesa y fue la que combiné con mi pantalón, mi corbata y un saco tuyo. Así, a medio vestir con lo mío y lo tuyo, fui a conocerte.
Saliste de la iglesia en silla de ruedas sonriendo más que cualquier otro y a tu lado, una mujer orgullosa, levantando en alto su ramo como quien gana una carrera. “Que dure” fue el mantra que me repetí mientras tomé un par de fotos. Y de esa mujer conocía algo de fuerza desde aquellos días que compartimos en #Medellín cuando compartimos clases en la universidad. Pero de vos amigo, recibí un golpe de impulso que hasta el día de hoy me tiene pensando. Cuánto tiempo se pierde pensando en huevadas antes de decidirte a hacer aquello que te hace feliz.
Y llegó el momento de los saludos, y sin darme cuenta Susi y yo nos abrazamos y la fila de otros que querían lo mismo, se alargó casi eternamente y vos, caballero y guardián, a su lado, sentado atento me abriste los brazos al verme. Te di un abrazo que respondiste con uno aún más fuerte y esa enorme sonrisa que dicen siempre te caracterizó. -leí con Susi tu crónica sobre el desierto y me encantó. Me llevaste allá, fue maravilloso- dijiste.
Espero leer la que hagas de Chile, lo que necesites, será con gusto. Me alegra saber que pudiste llegar y que los trajes te sirvieron-. Eso, me bastó para saber que clase de sujeto eras. Dicen que hacemos idea de otros en siete segundos y la que me quedó de ti fue la de un hombre generoso y desinteresado a la hora de ayudar a los demás.
El día de ayer, tu corazón se detuvo. Las grandes batallas, guerras y luchas algún día terminan. Dicen que te fuiste tranquilo, en paz y rodeado de amor. Rodeado de personas que al igual que tú, tenían asumido este tema que a otros no deja de sorprendernos, pues no sabemos si tendríamos la berraquera para enfrentar una situación medianamente similar de la misma manera que ustedes lo hicieron.
Serán días largos sin vos amigo. Habrá nuevos comienzos y continuaciones de historias que ya luego a medida que nos vayamos reuniendo te contaremos. Es cierto que te conocí poco, pero me diste un regalo impresionante haciéndome reaccionar y valorado cosas sencillas. Fuiste junto con Susi el primer verdadero escalón de aprendizaje en este viaje y entre mis historias siempre te llevaré como emblema de lucha y fuerza.
Gracias a ambos, amigos. Que el corazón se detenga puede parecer que fue el final de la lucha, e incluso algunos pensarán que es una derrota. Yo lo veo simplemente como un guerrero que ahora lucha en otro lugar y busca ganar la guerra con una nueva estrategia. Decían los generales chinos que a veces hay que retirarse para poder reagrupar el ejercito y luego de aprender del enemigo, poder atacarle para ganar finalmente.
Buen viaje guerrero. Gracias por la enorme sonrisa y por siempre #fuckcancer que fue vuestro grito de batalla.
Salud, a tu memoria.
(Fotos tomadas de las redes sociales. Los derechos pertenecen a cada uno de los fotógrafos)
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