Por: Morphart
Novia:
Me había demorado en escribirte. Había tardado en agradecerte el haber tomado ese volante y sin saberlo, haber encontrado una forma de viajar que cuando no esté disponible, de seguro extrañaré.
-valdría la pena meterse a mirar- dijiste. Era de noche y luego de nuestras caminadas de kilómetros por Lima, poco quería saber yo de algo distinto a estar cómodo y relajarme.
Entramos a la página y recuerdo perfecto haber marcado cada una de las letras de www.peruhop.com, para encontrar desde el primer pantallazo, la posible solución a todas nuestras dudas sobre rutas, cuántos buses debíamos tomar, las terminales, los horarios, los costos pues como ya habrás notado, en un viaje tan largo como este que hacemos tu y yo, son muchas las variables a tener en cuenta y cualquier cosa que suceda puede cambiar todo.
Tenían toda la ruta que veníamos haciendo, la que tanto nos costó planear ya estaba lista, con un precio fijo y la seguridad de siempre llegar a la puerta del hostal que eligieramos.
El plan era tan ambicioso que incluso llegamos a dudar de él: salir desde Arequipa el día 5 de enero, ir al cañón del Colca, ir a Puno, cruzar a La Paz en Bolivia, bajar hasta Uyuni, y tomar un bus a Cusco para llegar el día 12 de enero, día en que finalmente un tren nos llevaría cerca de esa montaña que tanto soñaste conocer, Machu Picchu.
Al escribir para pedirles consejo y pagar la ruta, prevenidos por lo secos y distantes que son en muchos correos o líneas de servicio recuerdo que me hacías muecas mientras escribía para que me relajara. Al otro día muy temprano, estaba ahí, toda la información requerida y de una forma amable y calurosa como de quien entiende que el que está perdido busca ayuda y no regaños.
Quedó todo organizado, el resto de nuestro viaje sería con PeruHop. Muy puntuales antes de la madrugada llegaron por nosotros en un bus grande, cómodo y que nos esperaba con la calefacción encendida. Partimos de Arequipa rumbo a Puno aún con los ojos desorbitados ante la belleza del cañón del Colca.
Sabes, lo tienes claro, la puntualidad para mí siempre ha sido factor importante. Aunque te rías de mí, bien lo sabes. El itinerario decía que llegaríamos 1:30pm y llegamos a la 1:29pm a destino. Ya con la amabilidad decías que se ganaron tu corazón, bueno, el mío fue con esa exactitud y esa claridad en la información.
-hola, ¿ya tienen programado su hostal y tours en Puno?- preguntó el guía. Ir a ver a los Uros era algo que me había quedado debiendo en mi viaje anterior a Perú. Sin mover un solo dedo, nos organizaron todo, solo teníamos que esperar en la puerta del hostal a una determinada hora e iriamos a cumplir el pendiente.
Dos días después, porque habíamos decidido quedarnos en la ciudad para hacer el tour sin afanes, muy puntuales pasaron por nosotros. Eso de que sin costo alguno puedas cambiar, modificar y ajustar tu ruta sobre la marcha es en una palabra: MARAVILLA.
Hora de cruzar la frontera, una a la que siempre me dijeron debía poner atención y ofrecer paciencia. Pensaste que nos dejarían ahí y se irían pero no, se quedaron pendientes, nos cuidaron todo el tiempo, que tuviesemos los documentos, que el equipaje estuviese intacto, que por el cansancio no perdieramos nada.
Como si de magia se tratara, al pasar la frontera, nos despedimos de ese guía amable de Perú a la expextativa de saber si encontraríamos a alguien tan atento nuevamente en el camino. También como por un hechizo, el bus se transformó en BoliviaHop por lo que entendimos que no era que nos encomendaran sino que estabamos en las mismas manos con nombres distintos. Recuerdo tu cara cuando viste que efectivamente era más amable aún y el viaje largo prometía ser divertido.
Llegamos al hostal que fue tu favorito de todo el viaje y como prometieron, en la misma puerta nos dejaron.
Ir a Uyuni era nuestro sueño a cumplir, era riesgoso porque podíamos perder el bus de BoliviaHop que nos llevaría hasta la frontera para tomar el rumbo al último destino: Cusco.
Ya sabes que me gusta tener la información a la mano, volví a escribir a PeruHop aunque nunca lo supiste. Estaban muy pendientes de que no perdieramos el bus, me dieron el horario exacto que usarían para recogernos en el hostal, también la hora exacta en la que estarían en el siguiente punto de recojo para que fuese el plan B e incluso propusieron recogernos en la estación de buses directamente. Es increíble como un mail amable puede hacerte sentir que hablas con amigos que te cuidan aunque estés muy muy lejos de casa.
BoliviaHop no va a Uyuni por lo que esta vez sería por nuestra cuenta. Al bus particular esas noches se subieron personas a mitad de la noche, el bus paraba mucho y era angustiante no saber dónde estabamos para saber qué hacer. Poco habíamos viajado con PeruHop y BoliviaHop y ya al menos yo los estaba extrañando.
Llegamos a tiempo, pasaron a la puerta, cargaron las maletas y con una gran sonrisa nos dieron la bienvenida, siempre en inglés y español para que los otros viajeros entendieran y para que a nosotros por el sueño no nos tocara pensar mucho. Ahora que lo pienso, es raro que no vimos casi latinos en los buses, ¡esto es definitivamente algo que debería probar todo el mundo!
Cada guía era más amable que el anterior y eso siempre lo recalcaste. Yo hoy agregaría a eso que el haber tomado un volante y haber enviado un correo, jamás me había dejado amigos en el camino, Ana, Alejo, Nilo, Marco…
Quiero que existan en todo el mundo y que podamos tú y yo recorrerlo juntos, siempre bajo el slogan “safe, flexible, fun”, aunque también deberían poner “friends, punctual, organized”.
¿Y ahora cómo viajaremos en los países en los que ellos no están?
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